30 d’ag. 2010

Mi experiencia

Desde siempre me han gustado los animales. Me he sentido atraída a saber más sobre ellos, a observarlos.. Nunca he soportado ningun tipo de maltrato hacia ellos. Cuando veía a alguien tirar piedras a los gatos, reirse de los perros.. sentía la necesidad de defenderlos.

Cuando tenía trece años le dije a mi madre que queria dejar de comer carne. Ella me dijo que no, porque me enfermaría, y le hice caso.
Fuí creciendo y a los dieciocho hablando con unas amigas, empecé a oir afirmaciones del estilo "los vegetarianos tienen anemia y pueden llegar a morirse" o "no es saludable ser vegetariano".
No sabia nada del tema, ni conocia a nadie que fuera o hubiese sido vegetariano, y todo mi entorno opinaba de la misma manera, así que debían tener razón... Pero algo dentro de mí no se quedó satisfecho, y empecé a buscar información en libros, revistas, internet.. Me di cuenta que todos opinaban sin saber.
Entonces ya me había independizado y un fin de semana que fuí a ver a mis padres les dije: -a partir de mañana no voy a comer ningun animal. Y así fué. Se lo tomaron bien. Mi madre estaba un poco preucupada, pero le enseñé mucha información y hable con ella del tema. Desde entonces siempre que voy a verlos, prepara nuevas recetas sabrosas y nutritivas.

Todo mi entorno aceptó mi opción, aunque no me libro de las típicas bromitas y comentarios odiosos. Por suerte, me siento tan orgullosa, que me importa poco lo que piensen los demás. Aunque el respeto y el apoyo siempre son de agradecer.

Al cabo de un año y nueve meses suprimí de mi dieta todos los alimentos de procedencia animal. Nunca me había sentido mejor conmigo misma y con el mundo.


Cuando dí el paso hacia el vegetarianismo, lo hice principalmente por como vivian y morian los animales destinados al consumo humano. Había visto videos, leído artículos y me parecía espeluznante.
A día de hoy y volviendo a lo que pensaba a los trece, sé que se puede vivir perfectamente sin utilizar a los animales, sin quitarles su preciada vida, por lo tanto, aunque ese animal fuera tratado con la máxima delicadeza, no me lo comería.

Respeto los animales y por eso no acepto su explotación a ningun nivel. No me los como, no los visto, no los calzo, no me divierto ni me lucro a su costa. LOS AMO.

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